Tanto si te das cuenta como si no, tu capacidad para fijar objetivos te está ayudando o te está perjudicando a tu habilidad de hacer que las cosas sucedan.
Entonces, la verdadera pregunta que debes hacerte es: ¿Cuál es mi objetivo? Si tuviera que adivinarlo, las respuestas más habituales a esta pregunta tienen que ver con:
- Ganar músculo
- Perder grasa
- «Tonificar» el cuerpo (ya hablaremos de esto en otra ocasión…)
- Aumentar tu fuerza
- Mejorar el rendimiento en alguna disciplina deportiva
- Mejorar tus marcadores de salud
- Verte mejor sin ropa
- Una combinación de las anteriores
Ahora déjame decirte una cosa, y voy a ser brutalmente honesto:
Todos los objetivos que no se consiguen, son responsabilidad de la persona que los establece.
Las personas que fijan objetivos inciertos, poco realistas o sin motivación, son los primeros en abandonar. También son las personas más fácilmente identificables. Son aquellas que van al gimnasio, paseándose de máquina en máquina y terminan la sesión sin ni siquiera romper a sudar. Si no establecemos un objetivo concreto, tampoco podremos establecer los medios para lograrlo.
¿Has decidido ya qué es hora de cambiar? ¿Estás harto de fijar objetivos que te importan pero que no eres capaz de alcanzar? Es el momento de cambiar tu método de fijar objetivos.
No importa lo grande o pequeña que sea tu meta. Cualquier cambio comienza con una forma inteligente de fijar objetivos. Y eso es precisamente lo que encontrarás en este curso.